EBS, Hoja Informativa - #1
La 'Cumbre Europea de la Empresa'- Consolidando el Control Empresarial sobre las Políticas de la UE
1500 líderes empresariales y altos cargos políticos de la Unión Europea (UE) se reunirán en el Hotel Sheraton de Bruselas los días 9 y 10 de junio del 2000 en la Cumbre Europea de la Empresa (European Business Summit, EBS). La conferencia promete ser un escaparate de las relaciones peligrosamente estrechas entre las elites empresariales y políticas en la Unión Europea. Bajo el lema 'Innovación y Creatividad' la cumbre pretende promover la agenda política de la industria consistente en la liberalización permanente del comercio, privatización, desregulación, reducción radical de los derechos laborales, exenciones fiscales para el comercio electrónico, y el aseguramiento del apoyo y financiación gubernamentales para tecnologías tan controvertidas como la ingeniería genética.
Entre las agrupaciones empresariales que han diseñado la Cumbre Europea de la Empresa, se encuentran la Unión de Confederaciones Industriales y Empresariales de Europa (UNICE) [ver hoja informativa #2], la Mesa Redonda Europea de Industrialistas (European Roundtable of Industrialists, ERT) [ver hoja informativa #3], y el Comité de la UE de la Cámara de Comercio Americana (AmCham), una agrupación de grandes empresas estadounidenses con presencia activa en Europa. Presumen de que el evento será 'único ya que reunirá dos ambientes que a menudo trabajan "cada uno por su lado: la industria y las instituciones europeas'.
La realidad es que las conexiones entre los líderes empresariales y los funcionarios de la UE son muy estrechas y así lo han sido durante los últimos 15 años. Esto explicaría el asombroso número de comisarios europeos - diez en total, entre los que se incluyen el Presidente de la Comisión Romano Prodi y la Vicepresidenta Loyola de Palacio - que está previsto tomen parte como ponentes en la cumbre, compartiendo el podio con los presidentes y directores de las mayores multinacionales europeas.
El acceso político privilegiado del que disfrutan agrupaciones empresariales como la ERT, UNICE, AmCham, CEFIC (el lobby de la industria química) y otros está de sobra documentado (ver por ejemplo "Europe Inc. - Regional & Global Restructuring and the Rise of Corporate Power', CEO/Pluto Press, enero 2000). La participación de la industria en la toma de decisiones de la UE está cada vez más institucionalizada, a través de grupos mixtos como el Consejo Asesor sobre Competitividad (Competitiveness Advisory Group, CAG) o el Diálogo Comercial Transatlántico (Transatlantic Business Dialogue, TABD).
Un objetivo fundamental de la cumbre es producir un conjunto de recomendaciones concretas sobre políticas que presentará a la Comisión Europea y a los gobiernos de los estados miembros. Recomendaciones que 'serán examinadas, y se revisará el progreso en su implementación en la próxima cumbre'. (página web EBS: www.ebsummit.org). Un mecanismo similarmente anti-democrático consistente en presentar en reuniones de alto nivel entre altos cargos industriales y gubernamentales recomendaciones industriales sobre políticas, reforzado luego al supervisar si las agencias gubernamentales competentes las han implementado, se ha aplicado ya de modo muy eficaz por el Diálogo Comercial Transatlántico EEUU-UE (Transatlantic Buysiness Dialogue, TABD), desde su creación en 1995.
La Cumbre Europea de la Empresa es sólo el foro más reciente en que los consejeros delegados y otros líderes empresariales asumen el papel de políticos internacionales. La Comisión Europea, al aprobar y acudir en masa a la Cumbre Europea de la Empresa, reconoce a los grandes industriales como actores políticos de importancia, lo que socava la democracia. Esto es sintomático de la asunción cada vez más dominante, aunque seriamente equivocada, por parte de la Comisión Europea, de que los intereses comerciales equivalen al interés general.
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