Enfrentando
el Poder de las Multinacionales:
Declaración de Córdoba Del 14 al 17 de octubre de 1999 un@s 30 activistas e investigadores de grupos progresistas se han reunido en Córdoba para celebrar unas jornadas de estrategias europeas y reforzar la red internacional de movimientos que se oponen al creciente poder de las multinacionales. Aunque el poder de las transnacionales no es un fenómeno nuevo, durante la última década sus actividades políticas e influencia han alcanzado nuevos niveles, amenazando las luchas por la democracia y los derechos sociales y medio ambientales. La brecha cada vez mayor entre ricos y pobres, la pérdida de modos de vida, los recortes en servicios sociales, el paro masivo y el uso de los inmigrantes como chivos expiatorios ilustran esta tendencia. Más aún, la privatización de servicios esenciales como la sanidad, la vivienda, la educación y los servicios públicos da prioridad a la obtención de beneficios por encima de los intereses públicos. Entre los factores importantes que contribuyen al aumento del poder de la industria se encuentran los procesos de globalización y el aumento del neoliberalismo. La liberalización del comercio y las inversiones han hecho que las megacorporaciones que operan a escala mundial dominen cada vez más las economías. En su persecución de la competitividad internacional, los gobiernos adoptan regulaciones y ponen los recursos económicos al servicio de los intereses de las multinacionales, en detrimento de las personas y el medio ambiente en todo el mundo. Las multinacionales se han organizado en una red de grupos de presión a escala estatal, regional y mundial, tales como la Mesa Redonda de Industriales Europeos (European Roundtable of Industrialists, ERT) o la Cámara Internacional de Comercio. Se han beneficiado de la actual transferencia de poder político a estructuras anti-democráticas internacionales como la Unión Europea y la Organización Mundial del Comercio (OMC). En los últimos años han surgido alianzas entre las multinacionales y los Estados, como el Diálogo Comercial Transatlántico (TABD, Trans-Atlantic Business Dialogue), dotados de amplios poderes. Estas alianzas reflejan una realidad escalofriante de cómo políticas de gran alcance se formulan para favorecer las prioridades de las multinacionales. Al mismo tiempo, las conexiones cada vez más estrechas entre las Naciones Unidas y la industria es una tendencia inaceptable. Otro elemento clave del poder político de las multinacionales es el crecimiento de una industria multimillonaria de relaciones públicas y de medios de comunicación que trabajan codo con codo con la industria para manipular la percepción pública sobre un gran número de temas en los que entran en juego intereses comerciales. Algunos ejemplos esperanzadores de cómo diversos movimientos sociales están confrontando el poder de las multinacionales son las campañas en temas como el cambio climático y tratados internacionales de comercio e inversiones - como el Acuerdo Multilateral de Inversiones (AMI) y la Organización Mundial del Comercio (OMC) - así como las crecientes protestas contra los alimentos manipulados genéticamente y los movimientos contra la privatización y desregulación en el Sur. Ha llegado la hora de intensificar nuestros esfuerzos para enfrentar de modo estructural las actividades y el poder político que detentan las multinacionales y sus grupos de presión. Esto significa rechazar el actual papel que tiene la industria en definir la agenda política y las alianzas antidemocráticas entre las multinacionales y los estados. Un paso esencial de cualquier intento de acabar con el poder político de las multinacionales es limitar la concentración económica y la dependencia de las megacorporaciones, lo que permitiría que la agenda social y ecologista reclame espacio político. Los Códigos de Conducta y otras iniciativas voluntarias han demostrado ser insuficentes, son sobre todo estrategias de las multinacionales para proteger y favorecer aún más sus propios intereses. Es imperativa la adopción de estándares para el comportamiento social y ambiental de las multinacionales de obligado cumplimiento con mecanismos para su implementación. Los líderes de la Unión Europea están reunidos en Tampere, Finlandia, para crear "un espacio político y judicial común contra el crimen y a favor de la libertad de los ciudadanos europeos". De hecho, están construyendo una "Europa fortaleza" que contribuye al aumento de los sentimientos xenófobos, racistas y chauvinistas y un sistema policial de escala europea que también tiene como objetivo impedir expresiones legítimas de oposición popular. Al mismo tiempo, la Unión Europea está desarrollando mayor capacidad militar para ponerla al servicio de los intereses de las multinacionales europeas en todo el mundo. Como pasos siguientes en nuestros esfuerzos para acabar con el poder de las multinacionales hemos acordado trabajar junt@s para:
Córdoba, 17 de octubre de 1999 Lista de firmantes
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